Al igual que Júpiter, Saturno radia más energía de la que recibe del Sol. La emisión continua de su calor interior parece la responsable de generar corrientes de convección en la atmósfera que, a su vez, originan las nubes altas de Saturno. Las corrientes ecuatoriales en chorro en la cima de las nubes alcanzan mayores velocidades que en Júpiter, alrededor de 500 m por segundo, dos tercios de la velocidad a la que se transmite el sonido en esos lugares de la atmósfera. Saturno se mueve alrededor del Sol a una distancia mucho mayor que Júpiter. Esto lo torna más frío y provoca que su "meteorología" sea más calmada y presente menos rasgos que Júpiter. Sin embargo, con telescopios grandes llegan a detectarse bandas de nubes, y las sondas Voyager captaron gran variedad de estructuras nubosas: óvalos blancos de vida larga, cadenas de vórtices y condensaciones nubosas. El telescopio espacial Hubble registró en 1990 una tormenta enorme que estalló cerca del ecuador, un suceso que se repite cada 30 años, cuando es verano en el hemisferio norte de Saturno.
Saturno rota muy rápido (10 horas y 14 minutos en el ecuador), lo que confiere al planeta una forma achatada. El resto de gigantes nubosos también muestra cierto achatamiento, pero ninguna tan extremo como el de Saturno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario